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PRISMAS

FRASES

Lo que algunos llaman destino, no es más que la suma de las acciones de los demas, las mismas que aunque queramos, no podemos controlar.

El sol encima de ti y tu deslumbrad@ con la sombra del àrbol.

Kangreja

" La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar"
Friedrich Wilhelm Nietzsche

 Si no lo puedo dibujar, no lo entiendo.

Albert Einsten.

Nada es tan caliente,

Nada es tan frio,

Solo es cuestión de quien calienta el sol

y quien derrite los polos.

Aleka kangreja

  

Una obsesión puede convertirse rapidamente en una habilidad.

Una habilidad puede transformarse con la practica en una profesion.

Una profesion satisfactoria, hace del ser humano un ser activo.

Un ser activo, vive.

Por lo tanto, no son todas las obsesiones negativas ni todas los artistas unos genios.

Aleka kangreja

 

El coleccionista de sonrisas por: Rafael R, Valcarcel. www.nocuentos.com
El 26 de agosto de 1990, en la segunda página del ‘The New York Times’, se publicó la fotografía de un atentado producido durante la invasión de Irak a Kuwait. A pocos metros de los cadáveres de un par de civiles, una niña miraba lo que parecía ser una muñeca, mientras que el artículo correspondiente mencionaba a 18 kuwaitíes exiliados, que recordaban a sus más de 500 compatriotas muertos. Y si bien existía una relación entre el texto y la imagen, el rostro de la niña hablaba de otra historia, que no tenía nada que ver con los personajes retratados. Era como si ella hubiese acabado de sonreír hacía un segundo.
Albert O'remor no era corresponsal de guerra, pero a su representante le fue sencillo contactar con el ‘Times’ y venderle los derechos de la fotografía, porque O'remor gozaba de cierto prestigio en el ámbito artístico neoyorquino. Aunque prestigio no es el término más adecuado para definir su posición en ese gremio. Prácticamente no se hablaba de la calidad de su trabajo, sino del tema recurrente que siempre abordó en sus obras, derivando las conversaciones hacia los posibles orígenes de su obsesión, donde las opiniones eran encontradas e iban de lo dramático a lo sublime, pasando incluso por la burla. En lo que sí estaban todos de acuerdo era en que su ‘enfermedad’ era degenerativa. Si no fuese así, por qué otra razón viajó a Kuwait a retratar a esa niña, por qué necesitaba situaciones cada vez más dolorosas para capturar una sonrisa.
Albert O'remor, de madre danesa y padre irlandés, nació en Baltimore, Estados Unidos, en 1958. Ya a sus cuatro años, Albert comenzó a manifestar una especial atracción por las sonrisas ajenas y, con el tiempo, pasó a convertirse en una profunda fascinación, despertando un incontrolable deseo por coleccionarlas. En su octavo cumpleaños, le obsequiaron una ‘Instamatic 133 de Kodak’. Como era de suponer, al comienzo, cualquier sonrisa le valía, mas ese comienzo fue muy breve, porque el mismo día en el que le regalaron la cámara, agotó el carrete con los rostros de los invitados que posaron para él y no pudo ver las imágenes hasta tres semanas después, cuando consiguió ahorrar lo suficiente para revelar los negativos.
Tras esa primera experiencia, se dedicó a sorprender a sus familiares con la intención de obtener sonrisas espontáneas. Los flashes provenían de debajo de una cama, del asiento posterior del coche, de entre las ramas, del armario y de cuanto lugar le sirviese para su cometido. Una vez completado su décimo álbum, volvió a cuestionarse, optando por  incluir a desconocidos. Así lo hizo durante más de una década.
A pesar de aparentar ser un dato irrelevante, antes de proseguir, me gustaría destacar una de las series que formó parte de este período, compuesta por las sonrisas de una hippie que mostraban las distintas variaciones de la expresión con respecto al tipo de droga que ella había consumido. Esta serie -no en ese momento, pero sí cuando reflexionó al respecto- ocasionó que O'remor hiciese una pausa prolongada. Los siguientes dos años no tomó ninguna fotografía, los empleó en clasificar las 16,478 que ya tenía. Fue consciente de que una sonrisa al despertar tenía distintos matices que una al acostarse, que la de su hermano menor era distinta cuando veía a su madre que cuando veía a su padre, que la de su abuelo variaba en el día y no con la edad, que una sonrisa no era más bella por el rostro sino por la sinceridad y que, sin excepción, todos teníamos la capacidad para mostrarla. En ese punto tuvo dos sensaciones. Su colección era bella; sin embargo, no era tan especial. Cualquiera podría tener una como la suya, simplemente era una cuestión de tiempo y dedicación. Se quedó en blanco tres años más.
En 1984, volvió a coger la cámara bajo la siguiente premisa: “Todos podemos sonreír, pero no todos somos iguales”. Se puso a fotografiar a personas famosas. Le duró una semana. Las revistas de un quiosco contenían más de las que él podría conseguir en toda su vida. Se sintió estúpido por haber planteado una premisa tan vulgar. Lanzó otra: “Todos podemos sonreír, pero a unos les cuesta más”. Con el ánimo renovado, retrató a mendigos, minusválidos, a payasos sin disfraz, soldados de guardia y a cuanto estereotipo se le cruzó por la mente. Se dio cuenta de que no era tanto un asunto de personas… y se atrevió a lanzar una tercera: “Todos podemos sonreír, pero hay momentos en que nos es casi imposible hacerlo, porque no nos nace o nos lo prohibimos”.
Albert pasaba las mañanas observando los entierros y, en las noches, hacía guardia en la sección de urgencias de los hospitales. Una que otra vez, para variar la rutina, se asomaba a los incendios y a otras desgracias ocasionales, conducta que fue muy criticada tanto por algunas instituciones sociales como por la mayoría de los artistas neoyorquinos. No obstante, O'remor sostenía, de cara a sí mismo, que una sonrisa, en un momento de tragedia, evitaba que se destrozasen fibras emocionales profundas. Para valorar mejor su perspectiva, es necesario enfatizar que a él le deslumbraban las sonrisas y no las risas (ya sean con gracia o histéricas).  
Unos meses antes de que Irak invadiera Kuwait, Albert O'remor se había instalado en Oriente Medio. Quería saber cómo eran las sonrisas de las personas que vivían en una tragedia constante. Sin duda, su fascinación lo colmó. Eso explica que el día en el que retrató a la niña del ‘Times’, cuando se produjo la explosión seguida de un tiroteo, en lugar de correr, le regaló la muñeca a la niña, para fotografiarla.
En medio de esa sesión, una bala lo alcanzó. La pequeña dejó la muñeca y cogió la cámara.
Tras su muerte, se realizó la primera exposición sobre su trabajo. La galería Leo Castelli presentó la “Smile's Collection”, incluyendo la foto que tomó la niña kuwaití, la única en la que aparecía Albert O'remor.
por Rafael R. Valcárcel

mi frase del dia

mi frase del dia

...El amor es para unos, lo que el messenger para otros.

Si no lo tienen abierto no se sienten completos, y si lo tienen abierto no lo miran, casi lo olvidan...

kangreja

La incertidumbre

Diceses de la no certeza de  poseer  la lumbre, la luz, la palabra, la llave, la respuesta,la clave, el código.

Kangreja

La libertad sin Voluntad es una Cárcel.

LO LLAMO SUEÑO PORQUE NO ESTOY PONIENDO HERRAMIENTAS PARA QUE SEA UNA REALIDAD.

(Aleja construyendo con los pies lo que destruye con sus manos).

"Debemos leer a Dostoievski cuando nos encontremos en un mal momento, cuando hayamos apurado hasta las heces nuestra capacidad de sufrimiento y sintamos que la vida es una herida infinita, abierta y abrasadora, cuando respiremos el aire de la desesperación y hayamos muerto mil muertes de desesperanza. Entonces, cuando solos y desamparados miremos la vida desde el dolor y ya no la comprendamos en toda su salvaje crueldad, cuando ya no esperemos nada, entonces estaremos preparados para oír la música de este poeta terrible y maravilloso" (Hermann Hesse).
 

«Cuando quedas atrapado en la destrucción, debes abrir una puerta a la creación.
Sólo me importa mi propio juicio. Soy lo que soy.»Anais nin. http://www.anaisnin.com/

...UNO NO SIEMPRE HACE LO QUE QUIERE, PERO ESTA EN SU DERECHO DE NO HACER LO QUE NO  QUIERE...M.B

Yo soy yo y tú eres tú.
No estoy en el mundo para colmar tus expectativas ni tú estás en el mundo para colmar las mías.
Yo estoy para ser yo mismo y vivir mi vida y tú estás para ser tú mismo/a y vivir tu vida.
Si nos encontramos será hermoso.
Si no nos encontramos no habrá nada que hacer
.

Frtiz Perls

..."Quiero muchos "quiero", y tengo pocos "puedo"...

LA BELLEZA, A VECES, NO SE DISFRUTA, SINO QUE SE SUFRE.........

Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil.

Johann Wolfgang Goethe

Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida.
Woody Allen (1935-?)

...si no se rompe, ¿Cómo logrará abrirse tú corazón?... Jalil Gibrán

UN HOMBRE NO ES NUNCA UN INDIVIDUO, SERÍA MEJOR LLAMARLE UN UNIVERSAL SINGULAR....sartre, Jean Paul.