Perro tiempo

Yo soy el Individuo.
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Como no observar tú imponente presencia
Hasta envidiar tu fulgurante figura
Deseando un poco de tu tranquilidad inquieta
Tú que eres grotesca y suave
A ti que te han rozado cientos de vida por el lado
Tu que no te dejas doblegar por el desprecio
Ignorada compañera de la vida
Valiente constructora de cien mundos
Como no envidiarte a ti que no temes a las luchas
Que no temes a la duda
Quien como tu pudiese pasiva y agresivamente enfrentar mil guerras
Amiga de la lluvia y la tormenta
Fiel amante de las noches y el insomnio de los astros
Como no quererte ¡oh Piedra!
Tu que firmemente te levantas y sutilmente te acuestas
Como no envidiar tus pretensiosos silencios
Añorando tu prolongado devenir.
Imposible es no envidar tú multiformica figura
Como no desear tu insensibilidad prematura
Dime la verdad amiga de las luchas
¿Es tu estoica postura verdadera?
¿O eres sólo una más en nuestra heroica quimera?
(Kja)
Piérdase en sus recuerdos, en sus hallazgos, en sus miedos
Pierda algo sin importancia cada día
Pierda algo con importancia alguna vez
Piérdase a usted.
El tiempo pasará, las arrugas vendrán
Y nada dirá tanto de usted como ¿cuánto perdió?
¿Perdió el miedo a volar?
¿Perdió algo que amaba, algo que odiaba?
¿Perdió algo que anhelaba?
Poca gente habrá aprendido, lo que los hacía feliz, sin antes haber perdido
Unos cuantos aprenderán sin perder, pero les costará el doble
Pierda en el juego, en el amor, en la lucha
Pierda la razón
Piérdase en las calles
Piérdase de placer
Piérdase entre paredes
Piérdase de emoción
Perder y perderse, para encontrar y encontrarse
Soltar y caer, para despegar y volar
Soltar y caer, para creer y crear
Perder, perderse, soltar y caer
He ahí el secreto. He ahí la vida.
(Kja 2014)
Estaba el amor y la razón, en una jaula estaban, estaba el corazón y el temblor en un océano estaban, estaba la vida y la luz, en un cofre se hallaban, pero tan cerca estaban, que ocurrió la tiniebla y el miedo, la oscuridad y la zozobra.
Estaba la certeza, tan juntita de la duda, que la segunda se comió a la primera, para convertirse en mundanal duda que vuela, en mundanal miedo que ancla, porque lo contrario al amor no es el odio, lo contrario al amor es el miedo.
Tan juntito esta el placer del dolor, tan cerquita el amor y el miedo, tan llenita de vida la muerte, tan muertas están tantas vidas.
Que suerte la de estar juntit@s, que miedo estar solit@s.
COMO PUEDEN QUEMAR LOS ABRAZOS.
COMO PUEDE ABRAZAR EL FUEGO.
COMO TU MIRADA DUELE,
Y COMO TU AROMA EN MÍ.
COMO EL LLANTO ENCADENADO,
COMO LAS CADENAS SUENAN.
DE NUEVO, TU, RODANDO HACIA OTROS PUERTOS,
DE NUEVO YO, VOLANDO EN OTROS VIENTOS.
Sueña el mundo con ser libre
Sueña el niño con ser liebre
Pide el hombre tener tiempo
Ruega el tiempo tener hombres que lo vivan sin ayer y sin mañanas
Que con hoy se acuesten y con hoy se levanten
Anhela la madre que su hijo crezca, sueña la abuela que su nieto vuelva
Sueña el mundo y sueña el hombre, sueña el niño y sueña el tiempo
Muchos sueñan con su ayer y su mañana
Pocos hacen de su HOY un sueño.
(Kangreja).
Cada vez que una mano sube hasta el horizonte del que cuida,
una luna nace en el misterio que te inventa.
Cada vez que del cielo brotan águilas azules para gritar que existes,
se me enciende el llanto que cabalga entre nocturnas esperanzas.
Cada vez que un gramo de sensatez acude para romperme en trozos
la galopante furia que me inventa cada día, me descuelgo del ilusionador anhelo de
cultivar mañanas.
¿Son mis pies la razón de la duda, o es acaso, la duda, la razón de mis pies?
¿Es la duda luz?
Ocurre a veces que la inquebrantable realidad
la utópica balanza del equilibrio
el aturdido presente y el patético pasado,
forman batallones audaces para atacar emoción y razón.
Ocurre también que los batallones de la angustia,
enferman de insomnio y traen el caos visual,
enferman los ojos para acompañar nocturnidad solitaria,
creadora subversiva de pesadillas y odas profundas a la inmovilización.
Ocurre que la aprendida dicotomía seduce,
Somete
y arropa hasta clavar el puñal que sentencia.
Ocurre que esos mismos batallones de la angustia
enmascaran el miedo a la acción
y se pierden en laberintos cercanos
evitando el dolor.
Entonces, finalmente concurren las dudas de ayer y de hoy
Para que quizás ocurra el mañana.
Surge la cuestión:
¿Priorizar metamorfosis ó metamorfosear prioridades?Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: “¿Platero?”, y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra... Cuando paseo sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
- Tien’ asero...
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.
Juan Ramón Jimenéz.
(No hay nada que decir ante un conjunto de palabras que lo dicen todo)
(Sólo un trozo, de un todo que me necanta)
busco sin encontrar, escribo a solas,
no hay nadie, cae el día, cae el año,
caigo en el instante, caigo al fondo,
invisible camino sobre espejos
que repiten mi imagen destrozada,
piso días, instantes caminados,
piso los pensamientos de mi sombra,
piso mi sombra en busca de un instante,
sólo un instante mientras las ciudades,
los nombres, lo sabores, lo vivido,
se desmoronan en mi frente ciega,
mientras la pesadumbre de la noche
mi pensamiento humilla y mi esqueleto,
y mi sangre camina más despacio
y mis dientes se aflojan y mis ojos
se nublan y los días y los años
sus horrores vacíos acumulan,
frente a la tarde de salitre y piedra
armada de navajas invisibles
una roja escritura indescifrable
escribes en mi piel y esas heridas
como un traje de llamas me recubren,
ardo sin consumirme, busco el agua
y en tus ojos no hay agua, son de piedra,
y tus pechos, tu vientre, tus caderas
son de piedra, tu boca sabe a polvo,
tu boca sabe a tiempo emponzoñado,
tu cuerpo sabe a pozo sin salida,
pasadizo de espejos que repiten
los ojos del sediento, pasadizo
que vuelve siempre al punto de partida,
y tú me llevas ciego de la mano
por esas galerías obstinadas
hacia el centro del círculo y te yergues
como un fulgor que se congela en hacha,
como luz que desuella, fascinante
como el cadalso para el condenado,
flexible como el látigo y esbelta
como un arma gemela de la luna,
y tus palabras afiladas cavan
mi pecho y me despueblan y vacían,
uno a uno me arrancas los recuerdos,
he olvidado mi nombre, mis amigos
gruñen entre los cerdos o se pudren
comidos por el sol en un barranco.
México, 1957
http://www.geocities.com/revistaversoados/webpoemas/webpoemarios/paz-piedradesol.htm
Tebas, la de las Siete Puertas, ¿quién la construyó?
En los libros figuran los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los grandes bloques de piedra?
Y Babilonia, destruida tantas veces,
¿quién la volvió a construir otras tantas? ¿En qué casas
de la dorada Lima vivían los obreros que la construyeron?
La noche en que fue terminada la Muralla China,
¿adónde fueron los albañiles? Roma la Grande
está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?
¿Sobre quiénes triunfaron los Césares?
Bizancio, tan cantada,
¿tenía sólo palacios para sus habitantes? Hasta en fabulosa Atlántida,
la noche en que el mar de la tragaba, los habitantes clamaban
pidiendo ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él solo?
César venció a los galos.
¿No llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
Felipe II llorró al hundirse
su flota. ¿No lloró nadie más?
Federico II venció la Guerra de los Siete Años.
¿Quién la venció, además?
Una victoria en cada página.
¿Quién cocinaba los banquetes de la victoria?
Un gran obra cada diez años.
¿Quién pagaba sus gastos?
Una pregunta para cada historia.
Berthol Brecht
CUMPLEAÑOS Yo lo noto: cómo me voy volviendo Yo comprendo: he vivido Para vivir un año es necesario Angel Gonzalez |